Los investigadores de los Institutos Nacionales de Salud tienen en cuenta su fisiología única, incluyendo los cambios en la composición corporal a medida que crecen los menores
Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en sus siglas en inglés) norteamericanos han creado y confirmado la exactitud de un modelo matemático que predice cómo el peso y la grasa corporal en los niños responden a los ajustes en la dieta y la actividad física.
Los resultados aparecen en la edición digital de este martes de la revista «The Lancet Diabetes and Endocrinology». Mientras que el modelo puede ayudar a establecer expectativas realistas, no ha sido probado en un ensayo clínico controlado para determinar si se trata de una herramienta eficaz para el control de peso.
El sistema se desarrolló en el NIH en 2011 para predecir el cambio de peso en adultos y la versión diseñada ahora para los niños tiene en cuenta su fisiología única, incluyendo los cambios en la composición corporal a medida que crecen. «La creación de un modelo preciso del balance de energía en los niños fue un reto, debido a que todavía están creciendo», dijo Kevin Hall, investigador en el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, en sus siglas en inglés) del NIH y principal autor.
«Nuestro modelo, que tiene en cuenta el crecimiento, ayuda a cuantificar metas realistas para el control de peso en niños y adolescentes», subraya este experto. Los investigadores analizaron los datos de niños entre las edades de 5-18 años para crear el modelo y lo probaron mediante la comparación de las predicciones con los cambios reales en los niños, medidos en estudios clínicos que no fueron utilizados para construir el modelo.
Simulaciones de los cambios
El sistema simuló con precisión los cambios observados en la composición corporal, el gasto energético y el peso. Las simulaciones también indican que los niños obesos pueden estar comiendo más calorías por cada kilo ganado, en comparación con los adultos. Por ejemplo, se prevé que los niños menores de 10 años requieran más del doble de calorías por libra de peso extra (casi medio kilogramo) de las que necesitaría un adulto para subir de peso una libra (casi 500 gramos).
Además, el modelo señala que puede haber un margen terapéutico de control de peso por el que los niños pueden «superar» la obesidad sin necesidad de bajar de peso, especialmente durante los períodos de alto potencial crecimiento en el caso de aquellos que no están severamente obesos al inicio del tratamiento.
«Los niños obesos tienen más probabilidades de convertirse en adultos obesos, lo que hace de vital importancia lograr o mantener un peso saludable a temprana edad -dijo el director del NIDDK, Griffin P. Rodgers-. Este estudio sugiere que es posible que debamos abordar el control de peso y la prevención de la obesidad de manera diferente en los jóvenes que en los adultos».
Fuente - ABC