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El planteamiento del problema del cáncer es realmente peliagudo pero aún así un grupo de investigadores de la Universidad de Granada afronta el desafío y estudia el desarrollo de tumores a partir de la experimentación y cálculos matemáticos. El objetivo es aportar patrones que faciliten a los médicos los tratamientos oncológicos.
Despejar la incógnita del cáncer
EL cáncer es un problema del que aún quedan muchas incógnitas por despejar. Si se planteara como una ecuación sería una de las difíciles en las que intervienen miles de variables y parámetros. Son centenares las células que se mueven a su libre albedrío, a las que sólo se consigue seguir la pista de sus actuaciones tras largas jornadas de observación y análisis.
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Juan Soler, director de este proyecto de excelencia financiado con más de 100.000 euros, apuesta fervientemente por las enormes posibilidades de la biomatemática. «Es el campo más prometedor de la biomedicina», asegura el profesor entusiasmado.
«Ahora mismo estamos trabajando junto a médicos del Hospital Universitario San Cecilo (Granada) en el análisis de modelos de crecimiento tumoral. Especialistas como Mercedes Villalobos y Mariano Ruiz de Almodóvar están creando in vitro tumores esferoides tridimensionales y mientras, nosotros analizamos si existen parámetros matemáticos que expliquen su desarrollo», señala Soler, responsable del estudio que lleva por título 'Biomat: estudio de modelos de desarrollo y movilidad celular y tumoral'.
Multidisciplinar
En concreto esta investigación en la que trabaja un equipo multidisciplinar de físicos, químicos, biólogos, matemáticos y médicos intenta aportar algo de luz al fenómeno de la angiogénesis, que impide que las células tumorales se extiendan hacia los vasos sanguíneos y se nutran de la sangre del enfermo, según explica el especialista que ahora comienza a introducirse en el fascinante mundo de la medicina. Además, los científicos granadinos profundizan también en el movimiento celular de algunas bacterias para averiguar si existen patrones que expliquen sus actos. Por último, también colaboran con el Instituto Carlos III de Madrid y la Universidad de Oxford para conocer un poco más sobre las células que crean la materia ósea.
Definitivamente, las matemáticas que en muchas ocasiones parecen abstractas y ajenas al mundo tangible pueden resolver muchos de los problemas mundanos. Por ejemplo, los cálculos numéricos se aplican al estudio de la cadena nutritiva. Se buscan ecuaciones que expliquen la formación de geles (sustancias anteriores al plancton y creadas a partir de carbono) que viven en lagos y mares. De las biomatemáticas emerge todo un horizonte de expectativas que los investigadores andaluces están empeñados en no dejar escapar. Juan Soler subraya con seguridad que el proyecto competitivo que dirige «brinda una gran oportunidad para compartir desde Andalucía la iniciativa de estos estudios, o incluso el liderazgo, en este innovador campo de enorme futuro».
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